Mi idea al abrir este blog, es la de compartir mis trabajos en el arte, no como una manera de exhibirme, sino como agradecimiento a la vida por los dones que me ha dado.
Soy Técnico Industrial, de profesión pero durante los últimos 29 años estuve viviendo de la elaboración de artesanías talladas en madera.
Como aficionado y enamorado de lo bello, también he pintado cuadros al óleo y hago fotografía, además escribo desde siempre, aunque en los últimos años le he dedicado con un poco mas de tiempo, el resultado es que tengo unos cuantos trabajos publicados hasta ahora. El acontecimiento culminante fue que el Gobierno de mi provincia, San Luis, me ha distinguido publicándome un libro de relatos, “ Anillos de Humo”, en razón de haber recibido una Mención Especial en un Concurso Nacional.
En este blog, voy a ir poniendo a consideración del mundo, mis cuentos, poesías, fotografías, (sobre todo de mi querida Provincia de San Luis, mi tierra de adopción, lugar donde nacieron mis hijos y también mis nietos) y fotografias de algunos cuadros y esculturas. Gracias, bienvenidos a mi casa virtual.


Roberto Enrique Sabbatini

viernes, 8 de marzo de 2013

Otro trabajos en madera de algarrobo



Esa Vieja Historia

        Una tibia y hermosa mañana radiante de sol, dos niños correteaban por el prado vecino a un rumoroso arroyo, jugando y saltando. Se los veía alegres y llenos de dicha.
       Ambos eran hermosos y casi idénticos. Al verlos cualquiera diría que eran gemelos. Tenían la piel cobriza, los cabellos dorados llenos de rizos y sus cuerpos eran esbeltos, bien formados y llenos de energía.
      La suave brisa agitaba los pastos cubiertos de espigas que crecían en el bajo, junto al curso de agua que corría saltando entre las piedras brillantes.
      De pronto, uno de los niños se detuvo señalando algo, mientras el otro se esforzaba en vano por ver de qué se trataba.
 — ¡Es un Maribrís!— gritó el primero.
 — ¿Qué es eso?— preguntó el segundo.
 —Es un ser muy puro, mitad lombriz mitad mariposa –—explicó el primero.
         El extraño ser simbolizaba la unidad del cielo y de la tierra y podía andar tanto bajo ella como luego volar hacia las alturas libremente.
         Esa mañana apareció volando graciosamente entre la vegetación, alimentándose del néctar de las flores pero solamente de las de color blanco, a tal extremo llegaba su pureza.
         El Maribrís era bello y fantástico, con su larguísimo cuerpo, hamacándose pendiendo de las hermosas alas azul muy brillante, listado de plateado y moviéndose majestuoso en el aire matinal.
—Pero yo no veo nada — protestó el segundo niño.
— Dicen que sólo las almas puras pueden verlo— sentenció el primero
— ¿Y por qué yo no lo veo? — preguntó triste el segundo
— Será que no eres tan puro —
— ¿Por qué siempre te burlas de mi? —
     El primero de los niños contestó con una sonora carcajada. El segundo, malhumorado, se acercó al arroyo, tomó una pesada piedra y se la arrojó al primero mientras gritaba:
— ¡Maldito Abel, me tienes harto!—
         


                                                                                                        De :   Anillos de Humo
                                                                                                Publicado por San Luis Libros
                                                                                                   S. Luis- Argentina- 2011